Las energías nos rodean allá donde quiera que vayamos. Reconocerlas, sentirlas y saber cómo actuar con ellas es una información que ya conocían nuestros antepasados. Recuperar ese saber tradicional para usar a «nuestro antojo» en distintos ámbitos de nuestra vida (agricultura, vivienda, salud,…) nos ayuda a estar más conectados.