Descripción
Curiosidades: El nombre Mentha deriva del latín mintha o minta, y éste a su vea del nombre griego de una ninfa, hija de Cocito ( el humo infernal) que era amada por Ades (Plutón) y que por los celos de Proserpina, fue transformada en esta planta. El término piperita se debe a su sabor picante. Plinio dice que los griegos y los romanos se coronaban con hojas de menta en sus fiestas, adornando también las mesas con ella y utilizándola como aderezo culinario habitual en sus platos y salsas. Parece ser que empleaban tanto la menta verde como la piperita, y existen indicios de que los antiguos egipcios conocían esta última.
De acuerdo con el folclore inglés, cualquiera que en el día de San Juan encuentre una planta de menta en flor, tendrá la felicidad eterna. Se dice que si plantas menta en tu jardín te trae riqueza.
En Francia se dice que un ramo de menta e hipérico brinda protección contra los malos espíritus y hechiceros. Y en Italia, la menta se considera un remedio establecido para proteger a los niños contra los maleficios y las enfermedades.
En la antigüedad la menta era conocida como un símbolo de sabiduría y virtud. La menta también ha sido descrita como la planta del amor apasionado que se encuentra bajo la influencia de Venus.
Virtudes: se recomienda como antiespasmódica en caso de digestiones flatulentas, dolores cólicos, espasmos o calambres en el estómago, ya que ejerce un efecto favorable sobre la secreción biliar y estimula la secreción estomacal. A diferencia de la manzanilla, la menta no posee actividad antiinflamatoria.
Por vía externa es antiséptica, antifúngica y antiviral debido a su contenido en aceite esencial y en polifenoles. Se utiliza en forma de gargarismos e inhalaciones.
Contraindicaciones: la menta no es tóxica, solamente el aceite esencial dosificado imprudentemente, el cual puede producir efectos secundarios como picor de las mucosas y espasmos de la glotis, y si la dosis es suficientemente alta, incluso puede causar la muerte.
Los consejos de este artículo no son consejos médicos y no implican que la medicina convencional esté de acuerdo con ellos. Nunca deje su tratamiento sin consultar a su doctor quien debe darle las indicaciones médicas.